miércoles, 30 de julio de 2014

Edición de Invierno. 29 de julio, Casa de la Lectura

Selección de textos y lectura de Diana Bellessi. Canciones: Pablo Fraguela y Teresa Usandivaras. Imágenes: Martina Fraguela


MIGUEL ÁNGEL BUSTOS


Dulzura y sonido


Argentino
no por el sonido
por el dolor.
Hueco
por cuatro costados
vacío
en pie
escribo.


Yo te adiós: canto del bienaventurado


Señor Señor porqué me has abandonado
si yo era inhumano
pero rezaba todos los domingos.
Traté de ser altar
siete hostias cada semana para mi
un solo oro para mí tu sangre.
Ahora me doy veinticuatro campanadas
y me duermo como un poco de tierra.
Cuando muera
bajo el canto inhumano de mis hermanos
seré reliquia orín aroma.
Quedaré en mis huesos por toda la eternidad. Amén.


Mare Tenebrarum


En aquel tiempo del triste colegio, en aquel que
jamás recuerdo; soñaba con tigres y pajaros en
lucha y mi corazón era el desierto y el cielo, el sol
y la luna de aquel mundo final.
Llegó hasta mí un sacerdote, llegó y me dijo por lo
que piensas morirán tus ojos, tu piel será maldita
como la piel de las momias, amarás a dios en todo
lo que te destruya.
Me senté junto al muro más cruel y lloré la lepra
del cielo.
Cayó mi corazón, lo perdí, y reyes ya de sangre
pájaros y tigres me acosan para siempre y todas
mis aguas, todos mis ríos huyen muertos hacia el
atroz y calmo Mar de las Tinieblas.
Y el ángel de la locura, el ángel de la fiebre mira,
en mí, al monte coronación del Verbo: escribo para
que me sea dado el Silencio.                                                
                                           
    

HÉCTOR VIEL TEMPERLEY


Uruguaí


Yo en el coche viajo con un hacha
y para nadar no tengo más que desnudarme.


Junto a los saltos del Uruguaí
levanto mis brazos con el hacha.
Todo el monte, veloz, es su cola...
Junto a los saltos del Uruguaí
levanto mis brazos
y sé por qué, sé para Quién, sé para quiénes
los levanto,
sé que mi camino no termina conmigo,
sé que una cosa así no termina con uno
sino que corre por los brazos y el tiempo
hacia los hijos de los hijos,
la nueva luz, el nuevo mundo.


Jugando pienso qué alegría nueva
hachar para los hijos de los hijos,
pensar en los bisnietos mientras hacho
por sudar, porque sí,
hasta arderme los ojos
junto a los saltos del Uruguaí.


Casas


A lo mejor las casas
son el reino
de Dios sobre la tierra
para algunos;
a lo mejor algunos
son el reino
de Dios sobre las casas,
como tiendas.


Acaso Dios es casa,
acaso es tienda:
tienda nomás, no casa.
No hay hacia Dios caminos
ni es casa con terrazas
para mirar desde allá arriba
casa.


Acaso el hombre quiere
volar nomás en medio
de la tienda de Dios,
tomado de la pobre
camisa azul de Dios,
con los ojos cerrados.


Acaso son las llagas
del hombre las que quieren
un Dios así, que deje
pasar la lluvia y vuele
alegre hacia su casa.


Acaso Dios es casa.


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   
FRANCISCO MADARIAGA

Tembladerales de oro

El dolor ha abierto sus puertas al agua de oro del oro que arde
contra el oro el oro de los ocultos tembladerales que largan
el aire de oro hacia los rojos destinos pulmonares con el
acuerdo de los fantasmas de oro coronados por los juncos
de oro bebiendo los caballos de oro los arrieros de oro
envueltos en los ponchos de oro —a veces negro a veces
rojo— y el caballero que repasa las lagunas de los oros
naturalmente populares el que se embarca en las balsas de
oro con todos los excesos de pasajeros de oro que manejan
los caballos de oro con los rebenques de oro bebiendo en la
limetilla de oro del barro de oro de los sueños de los
frescos del oro entre la majestad de las palmeras de oro y
de los ajusticiados y degollados en las isletas de oro bajo
de yacarés de oro del oro del Amor.





ALEJANDRA PIZARNIK


El entendimiento

    Empecemos por decir que Sombra había muerto. ¿Sabía Sombra que Sombra había muerto? Indudablemente. Sombra y ella fueron consocias durante años. Sombra fue su única albacea, su única amiga y la única que vistió luto por Sombra. Sombra no estaba tan terriblemente afligida por el triste suceso y el día del entierro lo solemnizó con un banquete.
    Sombra no borró el nombre de Sombra. La casa de comercio se conocía bajo la razón social «Sombra y Sombra». Algunas veces los clientes nuevos llamaban Sombra a Sombra;  pero Sombra atendía por ambos nombres, como si ella, Sombra, fuese en efecto Sombra,  quien había muerto.


JUAN GELMAN


Preguntas


"lo que hacemos en nuestra vida privada es cosa nuestra" dijeron
las Seis Enfermeras Locas del Pickapoon Hospital de Carolina
mientras movían sus pechos con una
dulzura tan parecida a Dios


¿y si Dios fuera una mujer? alguno dijo
¿y si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo alguno
¿y si Dios moviera sus pechos dulcemente? dijo
¿y si Dios fuera una mujer?


corrían rumores acerca de las Seis
las habían visto salir de hospedajes sospechosos con una mirada triste
    [en la boca
las habían visto en una cama del Bat Hotel
las habían visto fornicando con sastres zapateros carniceros de toda
   Pickapoon


¿y acaso Dios no sale de los hospedajes con una mirada triste en la
    [boca? alguno dijo
¿y si Dios fuera una mujer?
¡tetas de Dios! ¡blancos muslos de Dios! ¡lechosos! dijo
¡leche de Dios! gritaba por los techos de toda la ciudad
así que lo quemaron


hicieron una hoguera alta al pie de la colina del Este
y también quemaron a las Seis Enfemeras Locas de Pickapoon
todas eran rubias y cada día habían visto a la muerte trabajar


eso es todo
así acaban con los temblores mortales e inmortales en Carolina y
otros sitios de Dios
¿y si Dios fuera una mujer?
¿y si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo alguno

AMELIA BIAGIONI

Gestalt


De mi boca brota el bramido de los soles.
Orión recién despedazado
sopla el cuerno de caza
                                       halalí
que reverbera en astronaves y galaxias.
En flecha en selva y en turbina
con ansia blanca y negra
las estirpes
                   del polvo al ángel
devorándose comulgándose
persiguen la persecución
                   halcón azor amor neblí radar
para alcanzarme límpidas a Mí
que soy el Cazador.   



JOAQUÍN GIANNUZZI


La carnicería


En un limpio horror de laboratorio
el blanco espacio frío. Sobre el mármol
cumplido el sacrificio,
la ordenada manufactura escarlata
despedazada a sierra y a cuchillo
según una noción sin dios, estrictamente práctica.
En una fuente, húmedas vísceras veteadas de sangre,
sobre un lecho el apio mineral.
La imaginación detenida en el umbral del matadero.
No preguntes al carnicero por los ojos de la vaca.
Piensa en los campos celestiales después del crimen,
el sueño del ganado infinito, la gloria
y la resurrección de toda carne.


(De Señales de una causa personal, 1977)


Lázaro


Los granos de trigo egipcio germinaron
después de cuatro mil años de sombra.
Esto puede parecer demasiado hermoso.
Pero si la energía de la vida
soñó largamente en medio de la muerte
unas pocas gotas de agua y de luz
bastan para que Lázaro mueva los párpados.


(De Señales de una causa personal, 1977)




HUGO PADELETTI


Convertir al desierto


con una rosa implícita
es arduo pero evita
suspicacias. Si el pecho


precede al hecho, el proclamar-
lo es redundancia. Es levantar
bandera y exclamar:


¡Bandera blanca! Hay semillas
en África que aguardan
años


para convertir al desierto.
No lo convierten, lo enloquecen
por un tiempo.


Sería fatuidad subestimar
la sed y el hambre,
el sueño, el sexo, el miedo.



DIANA BELLESSI


Variaciones de la luz


Un revuelo naranja al poniente
en lucha libre con el violeta
donde se hace de repente un claro
verde como aquel rayo purísimo
perseguido en la juventud
y al fondo el coro de gallinetas
y un silencio al frente que corta
el tajo de luna con más silencio
y plata y noche hasta que sólo
quedan las luces de tu casa
a veces como mágicas naranjas
dulces y en la soledad amargas





domingo, 23 de marzo de 2014

Casa de la lectura biblioteca Julio Cortázar, 22 de marzo de 2014

Selección de textos y lectura de Osvaldo Bossi 

(canciones de Cássio Carvalho, taller de plástica a cargo de Marcelo Tomé)



Dónde



Sólo el misterio
nos hace vivir.
Sólo el misterio.

Federico García Lorca



6

Aquel verano la uva era azul —los granos grandes, lisos, sin facetas—, era una uva anormal, fabulosa, de terribles resplandores azules. Andando por las veredas entre las vides se oía de continuo crecer los granos en un rumor inaudito.
Y en el aire había siempre perfume a violetas.
Hasta las plantas que no eran de vid daban uvas. Llegaron mariposas desde todos los rumbos, las más absurdas, las más extrañas; desde los cuatro rumbos, llegaron los gallos del bosque con sus anchas alas, sus cabezas de oro puro. (Mi padre se atrevió a dar muerte a unos cuantos y se hizo rico).
Pero salía uva desde todos lados. Hasta del ropero —antigua madera— surgió un racimo grande, áspero, azul, que duró por siempre, como un poeta.

Marosa Di Giorgio 



Gratitud

Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo
caballo
mandarino.
Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros
a la siesta.
Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo,
agradecido.

Oliverio Girondo


Reinvención

"La vida sólo es posible
reinventada.
Va el sol por los campos
y pasea su dorada mano
por las aguas, por las hojas...
¡Ah, todo burbujas
que brotan de hondas piscinas
de ilusión... - nada jamás.
¡Ah!, todo burbujas
Pero la vida, la vida, la vida,
la vida sólo es posible
reinventada.
Viene la luna, viene, retira
las cadenas de mis brazos.
Me proyecto por espacios
llenos de tu figura.
Sola, equilibrada en el tiempo,
me desprendo del vaivén
que más allá del tiempo me lleva.
Sola, en la tiniebla
permanezco: recibida y dada.
Porque la vida, la vida, la vida,
la vida sólo es posible
reinventada. "



Cecilia Meireles


Transmutación del oro

Dormitaba en la plaza acurrucado
en un banco hacia frío había ido
a no sé qué.

El caso es estaba y de pronto
me alza un cóndor en alas y me lleva
a la Cordillera de los Andes.

Ahí vi contra las rocas florcitas amarillas
y ellas me reconocieron;
entonces les pase las manos por encima,
suavemente
como cuando se acaricia un gato.
Estremecidas por el viento
me devolvieron el cariño arqueando el lomo,
apretándose a mi mano. Les digo
que hasta llegaron a runrunear.

Esto es más hermoso
que mi quimera del oro en esa Cordillera.


Leónidas Escudero 



Se equivocó la paloma

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)


Rafael Alberti




Puentes

Yo dibujo puentes
para que me encuentres:

Un puente de tela,
con mis acuarelas...

Un puente colgante,
con tiza brillante...

Puentes de madera,
con lápiz de cera...

Puentes levadizos,
plateados, cobrizos...

Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles...

Y Tú...¡Quién creyera!
¡No los ves siquiera!

Hago cien, diez, uno...
¡No cruzas ninguno!
Más... como te quiero...
dibujo y espero.

¡Bellos, bellos puentes
para que me encuentres!

Elsa Bornemann



X - ¡ Ángelus!

Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas, blancas, sin color... Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las manos...¿ Qué haré yo con tantas rosas ? ¿ Sabes tú, quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es, que enternece, cada día, el paisaje y lo deja dulcemente rosado, blanco y celeste - más rosas, más rosas- , como un cuadro de Fra Angélico, el que pintaba la gloria de rodillas ?

De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra. Cual en una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el tejado, en los árboles. Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno, delicado. Más rosas, más rosas, más rosas...

Parece, Platero, mientras suena el ángelus, que esta vida nuestra pierde su fuerza cotidiana, y que otra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas, que se encienden ya entre las rosas... Más rosas... Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.


Juan Ramón Jiménez


El lagarto y la lagarta

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

Federico García Lorca


En una cajita de fósforos se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo
(pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra)
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada un lagrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve
Es cierto que esta muy gastada.

Lo se, pero que voy a hacer
tirarla me da mucha lastima

Tal vez las personas mayores
no entiendan jamas de tesoros
Basura, dirán, cachivaches
no se porque juntan todo esto
No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.
Las cosas no tienen mamá.

María Elena Walsh


Como si yo fuera su novia

me regaló un hermoso, inmenso
perrito de peluche, y acto seguido
me quedé fulminado
con aquella mascota inesperada
en medio de la calle. —Es para vos, me dijo.
—Gracias, le dije, por supuesto,
tratando de disimular algo
que ni siquiera yo mismo conocía
y que empezaba a tomar forma
en aquel instante, como una alegría incontenible
de perrito chiguagua, o algo así.


Osvaldo Bossi